Inti-Illimani
Concierto De Trez-Vella
"Concierto De Trez-Vella"

Llegas de memoria construyendo el día
El día te corta la sangre con fuego
El fuego te lame la piel aterida
Aterido espero con pulso de ciego
Ciegos nos caemos al bosque y al musgo
El musgo tirita bajo nuestro peso
El peso de tu ancha soledad me aplasta
Aplasta un vibrante solsticio sin miedo
Y así, miedo mío, te decoro de hombre
De sueño, de niebla, dе sol y sosiego

Sosiego tu carne trеnzando tu boca
Con mi boca brusca que finges cautiva
Cautiva tu cuerpo mi substancia amarga
Amarga me tragas de pronto vencida
Vencida en mi pecho, tu caudal de mundo
Con mundial cadera, me cedes segura
Y seguramente me arrancas prodigiosa
Me arrancas de sobra la corteza heroica
La corola, el tallo, el estambre y la altura

En el vientre claro del verano cantas
Canta una cigarra su cigarrería
Cigarreando herimos la luz concluyente
Concluyo caníbal de almorzar tu vida
Mi vida te amarro sobre los cabellos
Que bellos combaten la sombra agresiva
Y agredimos juntos el parco retorno
Por la misma senda que huele a ceniza
Y así nos guardamos de nuevo en destierro
Y en destierro erramos con la terca herida
Porque estamos tan lejos de
La tierra en que la luz abrí
La tierra en que la lluvia me regó
La tierra en que te di

Una paloma muerta me llamó
Una gaviota muerta me gritó
Una calandria muerta me cantó
Una canción atávica voló

Porque de tierra clara soy
Porque la necesito donde estoy
Porque cada mañana te la doy
Porque la llevo donde voy

El hombre es un árbol de raíz soleada
Y cálido temple
Su canto industrioso surgió de la nada
Al viento terrestre
Su limpio trayecto capaz de memoria
Maduró con creces
Pero como el fruto que el puño desgaja
Se sea y parece
Al ser arrancados de la tierra-madre
Los hombres se mueren
Nosotros vagamos a miles de millas
A siglos rabiosos de un país concreto
Por eso, si acaso tu boca en Trez-Vella
En verdad yo beso a mis hermanos muertos
En verdad entibio la sangre indefensa
En verdad maldigo a sus sepultureros
En verdad convoco a los libertadores
En verdad doy gracias al que está despierto
En verdad yo beso la espada que mata
Y matando acaba con los carniceros

Recobra conmigo los día terribles:
Vuelve de repente, de bruces, de asalto
Únete a mi rabia para hacer dos rabias
Únete a mi cuerda para hacer dos arcos
Cuidemos el árbol crecido en la sangre
Porque toda flecha es hija de aquel árbol
Hagamos un largo collar con los huesos
Los sueños, la espera, el destierro, las manos
Juntemos los mutuos rencores rugientes:
Rujamos unidos este abecedario;
Porque estamos tan solos con
La herida en que la luz perdí
La herida en que la sangre me humilló
La herida en que morí
Una paloma muerta me acusó
Una gaviota muerta me negó
Una calandria muerta me olvidó
Una canción atávica gimió

Pero de tierra clara soy
Porque la llevo donde estoy
Porque cada mañana te la doy
Porque la necesito donde estoy

Una vez que asumes tu convicción y sabes quién eres
Una vez que plantas tu corazón y sabes quién eres
Una vez que educas tu vocación y sabes quién eres
Una vez que agrandas tu desazón y sabes quién eres
Una vez que muerdes tu decepción y sabes quién eres
Una vez que pactas con la ilusión y sabes quién eres
Una vez que te hartas de la traición y sabes quién eres
Una vez que te armas con la pasión y sabes quién eres
Una vez que matas por la verdad y sabes quién eres
Una vez que mueres por la unidad y sabes quién eres
Una vez que ensanchas la claridad y sabes quién eres
Una vez que ilustras tu condición y sabes quién eres
Una vez que rompes con la piedad y sabes quién eres
Una vez que rasgas la soledad y sabes quién eres
Una vez que incendias la obscuridad y sabes quién eres
Y dejas de armar tu seguridad y sabes quién eres
Puedes combatir al senil rufián para que si gloria
Vuelva al basural del que se escapó manchando la historia
Porque estamos seguros que
La tierra que la muerte arrinconó
Y de un caudal de muertos inundó
Con un cuerno de caza nos lloró

El amor sucumbe si el dolor no integra
Su harina crujiente en el pan maduro

Y hasta el pan sucumbe si el hombre no entiende
Que la vida está hecha de cerebro y puño

El puño arremete la materia indócil
Confiere y modela su forma al futuro
El cerebro poda la idea de aristas
La labra y la escribe con barro y con humo
Y así es que sabemos que el hombre desciende
De un viejo combate
Y sin hombre no hay mundo

Apaga esa estrella que espero unos barcos
Que suben soñando el sur a mi encuentro
Y estrújame soles que hablen de trigales
Porque en mi tardanza se agacha otro invierno
Deja que me acueste sobre tu hombro grave
Triza mi memoria con un gesto tierno
Téjeme una espera con muelles y mares
Y volcanes vivos y árboles secretos

Y pídale al mapa que te cuente un rumbo
Para que podamos morir de regreso