Gustavo Santaolalla
Hilda y el Hermano
Hilda y el hermano
Viven en el barrio hace mucho tiempo
Hilda y el hermano
Viejos desde siempre le ganaron a la muerte
Día tras día
Recorren por el templo
Los caminos de cretona y alcanfor
Las persianas siempre bajas
Y el altar iluminado
Por los rayos azules del televisor

Hilda y el hermano
Por las tardes de banqueta en la vereda
Hilda y el hermano
Custodian las sombras de la cuadra entera
El hermano de Hilda
Quedó viudo muy joven
Y unió en su alma amor y horror
Hilda siempre fue muy virgen
Y su vida consagró
Antes a papá y ahora a su hermano

Hilda y el hermano
Celebran noche a noche el rito de las sopas
Hilda y el hermano
De túnica, batón, pijama, un par de ojotas
En el 57 cambiaron la heladera
En el 62 llegó el gas natural
Y desde aquel entonces, hace algunos años
Ya no se los vio nunca más
Hilda y el hermano
No son de este planeta y lo saben
Hilda y el hermano
Han vuelto a las tinieblas abrazados