Jorge Drexler
Oda al tomate
La calle
Se llenó de tomates
Mediodía
Verano
La luz
Se parte
En dos
Mitades
De tomate
Corre
Por las calles
El jugo
En diciembre
Se desata
El tomate
Invade
Las cocinas
Entra por los almuerzos
Se sienta
Reposado
En los aparadores
Entre los vasos
Las mantequilleras
Los saleros azules
Tiene
Luz propia
Majestad benigna
Debemos, por desgracia
Asesinarlo:
Se hunde
El cuchillo
En su pulpa viviente
Es una roja
Víscera
Un sol
Fresco
Profundo
Inagotable
Llena las ensaladas
De Chile
Se casa alegremente
Con la clara cebolla
Y para celebrarlo
Se deja
Caer
Aceite
Hijo
Esencial del olivo
Sobre sus hemisferios entreabiertos
Agrega
La pimienta
Su fragancia
La sal su magnetismo:
Son las bodas
Del día
El perejil
Levanta
Banderines
Las papas
Hierven vigorosamente
El asado
Golpea
Con su aroma
En la puerta
Es hora!
Vamos!
Y sobre
La mesa, en la cintura
Del verano
El tomate
Astro de tierra
Estrella
Repetida
Y fecunda
Nos muestra
Sus circunvoluciones
Sus canales
La insigne plenitud
Y la abundancia
Sin hueso
Sin coraza
Sin escamas ni espinas
Nos entrega
El regalo
De su color fogoso
Y la totalidad de su frescura