Pablo Neruda
Letter On The Road
Farewell, but you will be
with me, you will go within
a drop of blood circulating in my veins
or Outside, a kiss that burns my Face
or a belt of fire at my waist.
My sweet, accept
the great love that came out of my life
and that in you found no territory
like the explorer lost
in the isles of bread and honey.
I found you after
the storm,
the rain washed the air
and in the water
your sweet feet gleamed like fishes.

Adored one, I am off to my fighting.

I shall scratch the earth to make you a cave
and there your Captain
will wait for you with flowers in the bed.
Think no more, my sweet,
about the anguish
that went on between us
like a bolt of phosphorous
leaving us perhaps its burning.
Peace arrived too because I return
to my land to fight,
and as I have a whole heart
with the share of blood that you gave me
forever,
and as
I have
my hands filled with your naked being,
look at me,
look at me,
look at me across the sea, for I go radiant,
look at me across the night through which I sail,
and sea and night are those eyes of yours.
I have not left you when I go away.
Now I am going to tell you:
my land will be yours,
I am going to conquer it,
not just to give it to you,
but for everyone,
for all my people.
The thief will come out of his tower some day.
And the invader will be expelled.
All the fruits of life
will grow in my hands
accustomed once to powder.
And I shall know how to touch the new flowers gently
because you taught me tenderness.
My sweet, adored one,
you will come with me to fight face to face
because your kisses live in my heart
like red banners,
and if I fall, not only
will earth cover me
but also this great love that you brought me
and that lived circulating in my blood.
You will come with me,
at that hour I wait for you,
at that hour and at every hour,
at every hour I wait for you.
And when the sadness that I hate comes
to knock at your door,
tell her that I am waiting for you
and when loneliness wants you to change
the ring in which my name is written,
tell loneliness to talk with me,
that I had to go away
because I am a soldier,
and that there where I am,
under rain or under
fire,
my love, I wait for you.
I wait for you in the harshest desert
and next to the flowering lemon tree,
in every place where there is life,
where spring is being born,
my love, I wait for you.
When they tell you: " That man
does not love you," remember
that my feet are alone in that night, and they seek
the sweet and tiny feet that I adore.
Love, when they tell you
that I have forgotten you, and even when
it is I who say it,
when I say it to you,
do not believe me,
who could and how could anyone
cut you from my heart
and who would receive
my blood
when I went bleeding toward you?
But still I can not
forget my people.
I am going to fight in each street,
behind each stone.
Your love also helps me:
it is a closed flower
that constantly fills me with its aroma
and that opens suddenly
within me like a great star.
My love, it is night.

The black water, the sleeping
world surround me.
Soon dawn will come,
and meanwhile I write you
to tell you: " I love you."
To tell you " I love you," care for,
clean, lift up,
defend
our love, my darling.
I leave it with you as if I left
a handful of earth with seeds.
From our love lives will be born.
In our love they will drink water.
Perhaps a day will come
when a man and a woman, like
us,
will touch this love and it will still have the strength
to burn the hands that touch it.
Who were we? What does it matter?
They will touch this fire and the fire,
my sweet, will say your simple name
and mine, the name
that only you knew, because you alone
upon earth know
who I am, and because nobody knew me like one,
like just one hand of yours,
because nobody
knew how or when
my heart was burning:
only your great dark eyes knew,
your wide mouth,
your skin, your breasts,
your belly, your insides,
and your soul that I awoke
so that it would go on
singing until the end of life.
Love, I am waiting for you.
Farewell, love, I am waiting for you.
Love, love, I am waiting for you.

And so this letter ends
with no sadness:
my feet are firm upon the earth,
my hand writes this letter on the road,
and in the midst of life I shall be
always
beside the friend, facing the enemy,
with your name on my mouth
and a kiss that never
broke away from yours.

[original Spanish text]

Adiós, pero conmigo
serás, irás adentro
de una gota de sangre que circule en mis venas
o fuera, beso que me abrasa el rostro
o cinturón de fuego en mi cintura.
Dulce mía, recibe
el gran amor que salió de mi vida
y que en ti no encontraba territorio
como el explorador perdido
en las islas del pan y de la miel.
Yo te encontré después
de la tormenta, la lluvia
lavó el aire y en el agua
tus dulces pies brillaron como peces.
Adorada, me voy a mis combates.

Arañaré la tierra para hacerte una cueva
y allí tu Capitán
te esperará con flores en el lecho.
No pienses más, mi dulce,
en el tormento
que pasó entre nosotros
como un rayo de fósforo
dejándonos tal vez su quemadura.
La paz llegó también porque regreso
a luchar a mi tierra,
y como tengo el corazón completo
con la parte de sangre que me diste
para siempre,
y como
llevo
las manos llenas de tu ser desnudo, mírame,
mírame,
mírame por el mar, que voy radiante,
mírame por la noche que navego,
y mar y noche son los ojos tuyos.
No he salido de ti cuando me alejo.
Ahora voy a contarte:
mi tierra será tuya, yo voy a conquistarla,
no sólo para dártela,
sino que para todos,
para todo mi pueblo.
Saldrá el ladrón de su torre algún día.
Y el invasor será expulsado.
Todos los frutos de la vida
crecerán en mis manos
acostumbrados antes a la pólvora.
Y sabré acariciar las nuevas flores
porque tú me enseñaste la ternura.
Dulce mía, adorada,
vendrás conmigo a luchar cuerpo a cuerpo
porque en mi corazón viven tus besos
como banderas rojas,
y si caigo, no sólo
me cubrirá la tierra
sino este gran amor que me trajiste
y que vivió circulando en mi sangre.
Vendrás conmigo,
en esa hora te espero,
en esa hora y en todas las horas,
en todas las horas te espero.
Y cuando venga la tristeza que odio
a golpear a tu puerta,
dile que yo te espero
y cuando la soledad quiera que cambies
la sortija en que está mi nombre escrito,
dile a la soledad que hable conmigo,
que yo debí marcharme
porque soy un soldado,
y que allí donde estoy,
bajo la lluvia o bajo
el fuego,
amor mío, te espero.
Te espero en el desierto más duro
Y junto al limonero florecido,
en todas las partes donde esté la vida,
donde la primavera está naciendo,
amor mío, te espero.
Cuando te digan: 'Ese hombre
no te quiere", recuerda
que mis pies están solos en esa noche, y buscan
los dulce pequeños pies que adoro.
Amor, cuando te digan
que te olvidé, y aun cuando
sea yo quien lo dice,
cuando yo te lo diga,
no me creas,
quién y cómo podrían
cortarte de mi pecho
y quién recibiría
mi sangre
cuando hacia ti me fuera desangrando?
Pero tampoco puedo
olvidar a mi pueblo.
Voy a luchar en cada calle,
detrás de cada piedra.
Tu amor también me ayuda:
es una flor cerrada
que cada vez me llena con su aroma
y que se abre de pronto
dentro de mí como una gran estrella.

Amor mío, es de noche.

El agua negra, el mundo
dormido, me rodean.
Vendrá luego la aurora,
y yo mientras tanto te escribo
para decirte: "Te amo'.
Para decirte "Te amo , cuida,
limpia, levanta,
defiende
nuestro amor, alma mía.
Yo te lo dejo como si dejara
Un puñado de tierra con semillas.
De nuestro amor nacerán vidas.
En nuestro amor beberán agua.
Tal vez llegará un día
en que un hombre
y una mujer, iguales
a nosotros,
tocarán este amor y aún tendrá fuerza
para quemar las manos que lo toquen.
Quiénes fuimos? Qué importa?
Tocarán este fuego
y el fuego, dulce mía, dirá tu simple nombre
y el mío, el nombre
que tú sola supiste porque tú sola
sobre la tierra sabes
quién soy, y porque nadie me conoció como una,
como una sola de tus manos,
porque nadie
supo cómo, ni cuándo
mi corazón estuvo ardiendo:
tan sólo
tus grandes ojos pardos lo supieron,
tu ancha boca,
tu piel, tus pechos,
tu vientre, tus entrañas
y el alma tuya que yo desperté
para que se quedara
cantando hasta el fin de la vida.

Amor, te espero.

Adiós, amor, te espero.

Amor, amor, te espero.

Y así esta carta se termina
sin ninguna tristeza:
están firmes mis pies sobre la tierra,
mi mano escribe esta carta en el camino,
y en medio de la vida estaré
siempre
junto al amigo, frente al enemigo,
con tu nombre en la boca
y un beso que jamás
se apartó de la tuya.