Cevladé
El silencio invita
El silencio invita a oír lo que aquí dentro grita
Un mar que se agita, una explosión infinita
Son tormentas, es terror, es un astro que
Colisiona con tu mundo, es la catástrofe

La piel es la frontera de una tumba
Con reverberancia de caverna
La voz interior así retumba
Con certidumbre de verdad eterna

Los primeros segundos son millones de ruidos
Tan terribles y violentos como ser parido
Luego un zumbido, luego el secreto
Luego el silencio perpetuo de los árboles dormidos

Es árido y rotundo, es soledad de desierto
Es cálido y profundo, es el sueño de los muertos
A veces es obstinado como el último deseo
Otras viene errante y ebrio, es la tortura del goteo

Seducido por el llanto irresistible del Panul
Oigo el vuelo migratorio de una paloma azul
¿Cómo amar amargas margaritas marchitas y grises?
El silencio, la locura y el amor son cómplices

Una melodía late y no puedo escucharla
Yace tímida en mi fondo, no puedo descifrarla
Me desmorono en Pío Nono y el derrumbe es un susurro
Me envuelven en murmullos

Grito hasta sangrar, bramo, aúllo
Nadie parece escucharme, hicieron mi silencio suyo
¿Acaso nadie oye mi piel?
Estoy golpeando sus paredes desde dentro
Son los rieles cuando pasan los trenes

El "ayúdenme" queda atrapado en mí
En tanto, la multitud fortuita solo mira y se ríe
Malditas caras, convulsiono para ustedes
El simple show de un mimo, solo miran, no intervienen

Grito "ayúdenme" nuevamente
Pero los ecos de éste rebotan con los del precedente
Finalmente, mis convulsiones cesan
Pero el silencio en mi cabeza
Es estridente

La multitud se aburre, se va, me incorporo
Me sacudo el caos sonoro que sólo en mí está
Retomo el camino y disipo el ruido al descifrar
La melodía oculta que no se quiso mostrar