Cevladé
La serenata (Balada triste de saxofón)
Querida, herida, caída desde el cielo
El desconsuelo en tu mirada fue el anzuelo
Allí estaba el veneno, tras ese hermoso velo
Eras truenos, pero de los que trituran los sueños y anhelos

Así que hundo en tu globo ocular mi puñal
Yo ya me arranqué los ojos, voy por tu mirá especial
¡mírame ahora! es la última vez
Mas después me oirás estés donde estés

Me disolví en tu luz
En tu voz fui mousse
Dejé en tus palabras un halo de triste orozuz

Corrí descalzo y confundido en la tormenta de tus lágrimas
Vestí mis noches con la bruma de tu fantasma

Escribí esta serenata con mi mejor pincel
Y sé que de tu piel no me remueve tu cincel

Dibujo tus ojos uniendo estrellas por cada confín
Hasta el fin del eco del fin

Yo ya no creo en las hadas
Lo diré hasta que mueran todas
Si acaso no veo mejora
Serán apuñaladas

No seré un caballero ni un príncipe nunca más
¡Ni feliz, ni azul, ni gris, ni Vlad!

No soy un ruiseñor que con su sangre tiñe rosas
Sí un borracho que rapea y estropea las cosas

Yo ya no creo en la magia, en verdad tampoco existo
Soy un lamentable personaje que es de otra historia

Colgaré luciérnagas que iluminen el camino
Cuidaré del sol enfermo, tendrá mi Áuryn consigo

Las pinceladas con las que te retrato
Son los versos del relato
Con el que trato de que huyas del olvido

Y creo que con esto termino por ahora
Mañana te hablará por mí el saxo o la aurora
En cada objeto, a cada instante, a toda hora
Habrá un secreto que algo de mí en ti detonará